Website dedicado a mis paisanos que tuvieron que dejar el pueblo y buscar nuevos horizontes acá en México y más allá de sus fronteras.

sábado, 19 de julio de 2008

Notables

Ario de Rosales, es un pueblo mexicano, de arquitectura colonial española, enclavado en la región centro del Estado de Michoacán, en el ecotono del clima templado frío y el cálido subhúmedo, se caracteriza por la presencia de lluvias en verano y el mes más frío es enero, presentándose en la parte norte algunas heladas que mustran un campo blanco como si hubiera nevado al amanecer, es la puerta a la región de tierra caliente; ahora está rodeado de grandes plantaciones de Aguacate o Palta Persea americana, con una importante contribución productiva al comercio internacional de este fruto.
El aguacate (Persea americana) es un árbol probablemente originario del sur de Chiapas que se cultivaba desde el Río Bravo hasta Chile central antes de la llegada de los europeos. P. americana puede alcanzar 20 m de altura. Su fruto, comestible, se llama "aguacate" como la planta o también "palta", "cura", "petro" o "abacate". Se divide en tres variedades: raza mexicana, raza guatemalteca y raza antillana.

En el pasado fue asiento de importante industria maderera, así como de aprovechamientos forestales no maderables, siendo la resina de pino (Pinus sp)la materia prima para la elaboración de aguarrás y otros productos importantes para la industria.

Ario de Rosales ha sido cuna de hombres ilustres y cuenta entre sus crónicas con el privilegio de haber visto un importante evento histórico de relieve nacional: La formación del Primer Tribunal de Justicia de la Nación del México independiente, en el cual participaron distinguidos luchadores sociales de la Guerra de Independencia, de los cuales resalta la figura del Siervo de la Nación, Don José María Morelos y Pavón. Por tal motivo, conmemora el día 7 de marzo el aniversario de la creación de dicho tribunal, evento en el que participan los tres poderes de la Unión.

Quienes han navegado por esta página, probablemente no son mis paisanos, pero seguramente asocian el nombre de Ario de Rosales a uno de sus hijos distinguidos: Marco Antonio Solís, cantautor contemporáneo que ha llevado al mundo su música y talento, sacando de su quietud centenaria a este pueblo. En atención a estos visitantes, ofrezco la liga en su fotografía, donde encontrarán una reseña biográfica de este ilustre Ariense.





Para quienes alguna vez han visitado Michoacán, seguramente se han encantado con el bonito pueblo de corte europeo llamado Pátzcuaro, el cual está asentado a la rivera del lago del mismo nombre, también destacan entre otros lagos, el de Zirahuen cuya fotografía ilustra esta entrada, cercano a Santa Clara del Cobre, asiento de hábiles hombres que forjan hermosas piezas artesanales arrancadas al cobre a golpe de martillo y que han alcanzado fama internacional.

Zirahuén (en purépecha Ts’irauani o Lugar de aguas profundas) es un pueblo de Michoacán (México) que se localiza a 21 km de Pátzcuaro. Se puede admirar su bello lago del mismo nombre rodeado de casas de madera conocidas como Trojes. En sus riveras se encuentran servicios para el turista que incluyen confortables cabañas con chimenea y restaurantes donde los olores y sabores de las truchas, pescado blanco, invitan a sentarse a la mesa y disfrutar del entorno ecológico.

En esta mágica región Dios puso a Ario de Rosales, y es un lugar para visitar en plan turista o de negocios.

Saludos desde Mérida, la de Yucatán.

viernes, 11 de julio de 2008

EL CREDO DEL YUCATECO

Por estas tierras preciosas, alejado del terruño, de mi lindo Michoacán, encuentro estas letras que gustoso comparto para que conozcan a este lindo Yucatán.

Saludos y va con mucho afecto para los creyentes yucatecos.


Creo en mi Yucatán como el centro del universo y en el sol y las estrellas que giran a su alrededor.


Creo que Chichén Itzá es la primera maravilla del mundo y que las otras seis son Uxmal, Kabah, Sayil Labná, Ek Balam y Dzibilchaltun.


Creo en el Tolok que respira el calor del medio día y en el xhail que trepa las albarradas, creo el la laja del suelo que pisamos y en el meteorito de Chicxulub que borró a los dinosaurios de la faz de la tierra.


Creo en las cinco estrellas de mi bandera, en los murales de Castro Pacheco, en las bancas confidentes, en el Paseo de Montejo, en la Catedral más antigua en tierra firme, y en el Convento de Izamal.


Creo en las olas del mar de Progreso y en las playas de Chelem, creo en los secretos de las grutas de Loltun y en el agua pura de los cenotes.


Creo en la chaya y la pitahaya, en la dulzura del saramuyo, en el culto al chile habanero y a las chinas de Oxkutzcab.


Creo en la ceiba, en el pich, el Chacá, el flamboyán y en la fibra del Henequén que nos dio nombre en el mundo. Creo en el faisán y en el venado, en los flamencos rosados de Celestún. Creo en la X´Tabay, en los aluxes y en el enano de Uxmal. Creo en la vaquería, en la bomba yucateca y en la jarana con sus mestizas de terno, rebozo y rosario de filigrana.


Creo en los sueños de Felipe Carrillo Puerto y en los ojos de la ´Peregrina´ en el canto de ´Guty´Cárdenas y en las palabras escritas de Ermilio Abreu Gómez.


Creo en los panuchos, los huevos motuleños y los lomitos de Valladolid. en el frijol con puerco, la cochinita pibil y los papadzules, en el dulce de papaya con queso de bola y en el mazapán de pepita, en el refresco de lima, la horchata y el Xtabentun; y por sobre todas las cosas, creo en el mucbilpollo y el relleno negro que encontraré en mi altar cuando regrese mi alma desde el Xibalbá en la noche sagrada del Hanal Pixan.

Amen.